lunes, 19 de marzo de 2007

Los señores del pensamiento

Enésimo relato que presento a un concurso y que cuelgo aquí a modo de "copia de seguridad" y... para rellenar !!que leches!!. Las probabilidades de ganar son altas, puesto que el concurso es poco conocido y lo organiza mi cuñada. Así que si en este no gano, dejaré mi carrera literaria para continuar con la de petanca, en la que soy subcampeón del mundo en la categoría de mayores de 80 años. La próxima competición será en el parque de la loma dentro de unas semanas, y mis posibilidades de alzarme con el título mundial son mayores que nunca, puesto que me han chivado que el equipo noruego (vigente campeón) sufre artrosis severa en todas sus extremidades. En fin, he aquí el relato:

29 de Abril del año 2034:

Otro día más. Al menos para mí, ya que fue bastante movido en el instituto. A Khalina Wallace le explotó en la cara una sustancia con la que trasteaba en clase de química. !Se ha quedado sin cejas! Estuvimos riéndonos hasta que sonó la campana del recreo.

Como cada día desde hace una semana, Jean Pierre, el profesor de ciencias naturales se había rodeado de un pequeño grupo de alumnos en un rincón del patio a la sombra de unos abetos.
David me comentó que charlaban sobre temas que no estaban en el temario oficial. Yo sabia que de ser verdad, pronto llegaría a oídos de la SPC y estaba en lo cierto, pues, cuando quedaban apenas cinco minutos para volver a clase, las ramas de los arboles se estremecieron violentamente bajo el potente chorro de aire que expulsaba la plataforma móvil de una patrulla de la SPC.

Un par de hombres enfundados en unos brillantes monos negros, descendieron hasta el grupo del profesor, que contemplaba en estado de shock la escena. En el antebrazo izquierdo lucían una insignia dorada: una corchea entrecruzada con una pluma estilográfica. De sus caderas pendía un phaser, sobre el cual descansaban su mano derecha.

Tras inspeccionar el perímetro, se dirigieron al tembloroso maestro.

- Somos agentes de la sociedad para la preservación de la cultura - dijo uno de ellos, mostrando una pequeña placa de metal - nos han informado de que está transmitiendo información cuyos derechos están registrados y por los cuales no ha pagado un céntimo.

- E... eso es mentira - balbuceó el profesor.

- No mienta, lo tenemos todo registrado. Acompáñenos.

El viejo profesor no opuso resistencia. Resignado, montó en la plataforma. No creo que lo volvamos a ver. Dudo que con su sueldo pueda hacer frente a la multa que le impondrán. Es probable que lo manden a las minas de silicio, allí no durará mucho. Aunque quién sabe...
No he dejado de pensar en lo que dijo el agente sobre que lo tenían todo registrado. Todos los edificios están pinchados electrónicamente, es imposible decir o hacer algo sin que se entere el mando central, pero al aire libre... Los rumores sobre un ejército de nanoinsectos provistos de sensores audiovisuales, desperdigados por la atmósfera, deben de ser ciertos. Pero para que haya llegado a sus oídos las palabras de un profesor en medio de un pueblo alejado de cualquier parte, deben de tener millones de ellos, !!!y cuestan una fortuna!!!

Johny Reid le cogió prestado a su padre uno para espiar en el vestuario de las chicas el año pasado, pero una de ellas le dió un manotazo y lo destrozó; todavía le quedan por cumplir dos años más de castigo al bueno de Johny y eso que no era un modelo muy avanzado, como esos que son capaces de captar las ondas cerebrales y conocer nuestros pensamientos.

No sé si tal cosa será posible, pero eso nos contaron en una charla de la SPC, como advertencia para que no pensáramos siquiera en contenido con propiedad intelectual, ni siquiera en actrices famosas a la hora de... bueno eso no sé muy bien a qué vino, pero me hizo gracia lo que comentó el ponente sobre que pensáramos en nuestras compañeras y así las veríamos más atractivas. Ja! ni aunque pensara las 24 horas del día en Alicia Fenimore, podría sentir atracción por ella.
De todas formas, hasta que no cumpla los 18, no se me exigirá el pago de la consiguiente multa por difundir información registrada. Aún quedan unos meses pero estoy preocupado, no se si podré contenerme de tararear en la ducha o comentar la película de la semana.

En fin... mañana será otro día. Tengo curiosidad por saber si han soltado al señor Du mont.