La habia conocido en la cola del super. Un lugar atípico para ligar, pero estaba en racha y cuando habia visto a aquel bombón rubio justo delante de él, no habia dudado un sólo segundo en lanzar sus redes sobre ella.
Minutos despues, se estaban enrollando en su sofa, con las bolsas de la compra desparramadas por el salón. Pronto la ropa recibió el mismo destino. La pasión les cegaba. Justo cuando se disponia a penetrarla, ella le detuvo.
- Ponte preservativo, por favor.
Rebuscó en su cartera y encontró uno, entre un billete de 1000 pesetas y el carnet del videoclub. Por desgracia, una vez que se lo puso se dio cuenta de que estaba roto. Intentó engañar a la chica, pero esta, ojo avizor, se percató de que aquello iba a ser menos efectivo que el método Ogino y cerró sus delicadas piernas.
Raudo y veloz, fue a una farmacia cercana, mientras se maldecia por la perdida de tan preciados minutos. Tras media hora de discusión con la farmaceutica sobre el tamaño de los profilácticos, volvió a la casa de la chica, que seguia en la misma posición entregada en la que la dejo.
Se desvistió en un instante y vistió a su hermano pequeño con el nuevo capuchón, cuando de repente sonó el timbre de la puerta.
- Cariño, abre, me dejé las llaves en la encimera esta mañana.
La cara de la chica se tiño de un pavoroso blanco. Rápidamente, se levantó y comenzó a vestirse.
- ¡¡¡Es mi marido!!! ¡¡Lárgate de aquí!!- gritó histérica.
Alarmado, reparó en una fotografia que reposaba sobre una mesita cercana al sofa. La rubia aparecia abrazada a un gorila depilado. A trancas y barrancas, se puso los pantalones, recogió el resto de su ropa y buscó desesperadamente una salida.
- ¡¡¡La ventana, sal por la ventana!!! - le sugirió la chica.
Sin pensarselo un segundo, saltó por ella. Si lo hubiera pensado, no lo habria hecho, pues el apartamento se encontraba en un 3º.
El resultado de la huida, fue su ingreso en urgencias. Habia caido mal sobre su pierna izquierda. Tumbado sobre la camilla de la sala de observación, esperaba el informe del médico, que no tardó en presentarse ante él con gesto serio.
- Ha tenido suerte, podria haberse matado - comenzó - sin embargo...
Cuando un médico dice "sin embargo" solo puede significar dos cosas: o malas noticias, o que te va a cobrar un pico. Y se encontraba en un hospital público...
- Sin embargo, tengo malas noticias (mierda) su pierna sufrió graves daños en la caida. Deberá usar bastón lo que le quede de vida.
Moraleja: un condón roto, te puede joder la vida.
domingo, 11 de mayo de 2008
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