Releyó las últimas líneas del relato y se atusó el pelo, un gesto que delataba su incredulidad y sorpresa. Llamó a los demás miembros del jurado, no para consultarles, estaba seguro de que su opinión sería la misma, sino para compartir el suicidio literario de aquel concursante.
Durante varios minutos frases como: ¿De verdad piensa ganar con algo así? ¿Qué se habrá fumado? y otras similares, fueron protagonistas del diálogo, hasta que, curiosos, le apremiaron a que leyera el texto, cosa que hizo aguantando a duras penas sus críticos comentarios.
Antes de llegar al final, cuando apenas quedaban unas palabras, hizo una pausa dramática, para finalmente leer: “…cuando apenas quedaban unas palabras, hizo una pausa dramática, para finalmente leer:".
viernes, 30 de julio de 2010
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