Enésimo relato presentado a concurso y publicado en un libro que dará vueltas por Asturias hasta que caiga presa de la furia recicladora.
¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!! ¡¡¡Pum!!!
- ¿Quién osa llamar con furia denodada a la puerta de mi estancia, interrumpiendo mi descanso?
- No se haga el despistado. Sabe perfectamente quién soy.
- Ah, villano felón. Heraldo de malas nuevas, patrón de los criminales, perro sirviente de un amo que no merece ser servido. ¿Volvéis de nuevo para turbar mi alma y alejar a las musas que con opuesta gracia a la suya, tocaban delicadamente a la puerta de mi inspiración?
- Y más que vendré...
- ¡¡Tahúr de los infiernos!! ¿Es que me veré obligado a soportar la carga de vuestra molestia por toda la eternidad, como si de la piedra de Sísifo se tratara?
- Sólo hasta que cumpla lo pactado, ni un día más.
- ¡¡¡Jamás!!! pues el cielo con sus querubines de áureos cabellos, es testigo de que fui presa de las garras de la mendacidad, arrastrado a los brazos de una pérfida bruja con manto de Venus que hechizó mi juicio con deslumbrantes obsequios y sus promesas de amor incondicional...
- ¿Otra vez con la misma cantinela?
- Si, ahora y hasta que sea necesario, pues cuando fui incapaz de corresponder su deseo, libre de su disfraz se abalanzó sobre mí , como Juno sobre sus hijos, para devorar hasta la última esencia de mi ser. Mas Hermes en persona dio vida a mis pies y huí, como huye la virtud de los corazones impíos. Así pues, marchad y no volváis.
- Sí, me iré, pero mañana vendré acompañado de la policía judicial y tendrá que pagar o abandonar el piso.
- Maldita hipoteca...
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