Moderadora: Buenas noches y bienvenidos al debate entre Spassky y Petrosian. Esta noche nos centramos en el tema: ¿Es el reaggeton éticamente aceptable? Caballeros les cedo la palabra.
Spassky: Me alegra ver que el señor Petrosian ha llegado a tiempo. Compruebo con satisfacción que han arreglado el reloj del prostibulo local.
Petrosian: Ciertamente es un milagro que no se rompiera en mil pedazos tras darle usted un pisotón durante la redada del Martes, señor Spassky.
S: Teniendo en cuenta que era un regalo suyo para Madame Dephinè y que todos sabemos que antes prefiere tirarse por un barranco que gastarse el dinero, ciertamente es un milagro que su reloj de mercadillo continuara funcionando.
P: Su mujer me lo vendió a buen precio. Por cierto, felicitela por sus técnicas de venta. Eso de enseñar los senos como una vulgar ramera le habrá reportado excelentes beneficios.
S: Seguramente. Lo bueno es que todo el dinero es para ella. Sin embargo son sus compañeros de trabajo los que se "benefician" de su mujer.
M: Vamos vamos, no hay necesidad de meter a sus señoras de por medio.
P: Bueno es que meterme con su profusa barriga seria muy evidente. Por cierto, tengo entendido que contrató a Admunsen para que la cartografiara.
S: No solo eso, también mi miembro viril. Si quiere le doy el telefono de pulgarcito para que compruebe la longitud del suyo.
P: Lo importante no es el tamaño sino como se usa.
S: Estamos hablando de un pene, no de un destornillador, aunque en su caso los dos terminen en una punta fina, no son la misma cosa.
M: Les apremio a que se ciñan al tema, el reaggeton recuerdan...
S: Bueno si de algo saber el señor Petrosian es de restregarse con mujeres. Creo que en el metro le han reservado un vagón para él solo, porque hasta el revisor salia con un buen repaso cuando lo cogia de camino al trabajo.
P: Es lo que tiene tener uno y no ser un parásito del estado. ¿Hace cuanto que no da ni chapa?
S: Desde que su mujer me contrató para que tirara todas sus revistas guarras. Fueron los tres meses más agotadores de mi vida.
M: En vista de que no andan por la labor...
P: Toc toc
S: ¿Quien és?
P: Su gusto
S: ¿Qué gusto?
P: El buen gusto que dejó usted olvidado el día que fue a comprar esa hortera chaqueta de cuadros fucsia.
S: Al menos mi olor corporal no fue obstaculo para que la dependienta se me arrimara.
P: Cómo no, únicamente con dinero de por medio tiene usted la oportunidad de que se le acerquen las mujeres.
S: Mejor eso a que se me acerque algún hombre....
P: ¿Ah si? pues.... pues... ¡¡¡es usted un director de cine español!!!
S: Mire, sí, tengo un papel perfecto para su esposa en mi próxima película. Trata sobre una transexual que le es infiel a su marido y siente remordimientos porque no se siente culpable ya que goza como una perra con su amante.
P: Ese último dato seguro que es autobiográfico.
S: Por supuesto... ah, dígale a su hermana que no quedaré más con ella a menos que pida el divorcio.
P: No se preocupe, le recomendaré otro proveedor de estupefacientes que no consuma el stock que vende.
S: ..... ¡¡Yo soy cola y tú pegamento!!
P: ¡¡¡Cállese gilipipas!!!
M: Vamos vamos, señores esto ha llegado demasiado lejos. ¿Para que han venido ustedes? ¿Para debatir o para lanzarse los trastos a la cabeza?
S: Venga, señorita no se haga la remilgada que si no hubiera disfrutado del espectáculo nos habria cortado al primer insulto.
M: Pues tiene razón. Bien, hasta aquí fue todo. Vuelvan con nosotros la próxima semana.
viernes, 2 de noviembre de 2007
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Aaah, discusiones como esta le hacen sentir a uno en pleno senado, en la epoca de mayor auge y gloria del imperio romano...
ResponderEliminarDesde luego, esa gente si que sabia hablar :)
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