lunes, 30 de marzo de 2009

Escapa de la jungla

Mareos. Jaqueca. Oscuro amanecer. Estás tumbado en un camastro de paja en el interior de una choza de barro. Eso es todo lo que sabes. Intentas incorporarte pero la cabeza te da vueltas. Respiras profundamente mientras los sonidos del exterior se cuelan por un minúsculo ventanuco. No recuerdas nada. Ni tu nombre, ni donde estás, ni qué es ese sentimiento de urgencia que atenaza tu estomago y te obliga a ponerte en pie.

>Machácatela

Estás muy cansado para hacer eso.

>Uno nunca se cansa de eso.

Lo que tú digas...

>Mira por el ventanuco

Está muy lejos.

>Levántate

Tras unos instantes de zozobra, logras mantenerte sentado en el borde de la cama. El mareo desaparece. Te pones en pie y contemplas tus harapientos ropajes. Una camiseta raída de los Iron Maiden y un pantalón pirata.

>examina pantalón pirata

Un recuerdo se desliza en tu mente. Esos pantalones te los regaló... una mujer. No logras recordar quién. Uno de los bolsillos está roto. En el otro sólo encuentras una tarjeta del VIPS. Ha caducado.

>mira por el ventanuco

Puedes ver la plaza de un poblado indígena, del mesoamazonas a juzgar por el tocado de unos niños que juegan distraidos con una piedra. ¿Cómo puedo saber eso? te preguntas. Otro chispazo del pasado prende en tu mente. Los conocimientos sobre decenas de pueblos remotos y tribus desconocidas se agolpan ahora por captar tu atención. Eres todo un erudito antropólogo. Aunque eso sigue sin explicar lo de los pantalones pirata.

>examinar choza

Una construcción típica de los Yisay con forma de seno. Huele como si un animal hubiera dormido dentro. Al norte puedes ver un ventanuco y al sur, una puerta hecha con cañas.

>patear las cañas

No es necesaria tanta violencia.

>patear las cañas con cariño

No insistas. No te voy a hacer caso.

>abrir la puerta

Al salir al exterior, el sol se abalanza sobre ti como un jaguar hambriento dispuesto a devorar tus ojos mientras un batiburrillo de sonidos y olores saturan tus sentidos. Frente a la cabaña, lo que parece ser un explorador o un maniquí del Coronel Tapiocca charla con una indigena de senos libres como el espiritu de esas gentes salvajes. Ninguno de los dos parece advertir tu presencia. Salidas: Sur, Este.

>inspeccionar indigena

Es un bello ejemplar de mujer Yisay, con el pelo recogido en un moño sobre la cabeza y la piel tostada como la noche africana.

>¿y qué pasa con las tetas?

No entiendo esa pregunta.

>examinar tetas

Guarro.

>hablar con cazador

Toses de forma ostentosa para llamar su atención. El cazador despide a la mujer y con una sonrisa te da la mano.
- Veo que ya se ha despertado señor... Hace una pausa esperando que le respondas, pero no sabes qué decirle.
- ¿No sabe usted como me llamo?
El hombre te mira perplejo.
- Le encontramos inconsciente en medio de la selva hace un par de noches, cerca de un riachuelo, en la frontera con las tierras de los Yanomami. Tuvo usted mucha suerte. Son canibales y esta es su época de apareamiento.
Le explicas tu situación. Él te habla de un viejo chamán que se oculta del mundo en una cueva de las montañas del sur. Dicen que puede ver el pasado, el presente y el futuro.
- ¿Quieres saber algo más? - te pregunta.

>decir "¿donde estoy?"

- Estás en uno de los poblados Yisay, del bajo Amazonas. Lo más cercano a la civilización que hay por aquí, es una botella de Coca Cola que cayó del cielo hace años. Los nativos lo adoran como su dios.

>decir "¿quien es la mujer?"

La llaman "la leona" por su insaciable apetito. Justo cuando les interrumpiste, Krav estaba ultimando un encuentro para esa noche.
- Lo siento -. Tratas de disculparte.
- No te preocupes. De todas formas tenía que irse a recolectar plátanos.

>decir "¿quién eres tú?"

- Soy Krav, el cazador de leones. Famoso en los ocho continentes. Vine aquí hace un par de semanas para añadir a mi colección la cabeza del gran elefante blanco. Por desgracia no he logrado encontrar ninguno aún. Ni siquiera he visto un elefante, pero no pierdo la esperanza.

>salidas

Las salidas están al sur y al este.

>sur

Sales del pueblo dejando atrás la empalizada que lo proteje de los peligros de la selva que te rodean. Estás rodeado por muros de vegetación que forman un pasillo que se extiende hacia el sur. A un lado del camino, casi tropiezas con una extraña piedra pulida, con forma de... Si no fuera por dónde te encuentras, jurarías que es un consolador de piedra. El sueño de Amelia Earhart.
Salidas: Sur, Norte.

>coger piedra
La sujetas por el extremo correcto y la introduces con cuidado en la parte trasera de tu pantalón.

>chupar piedra

Eh.... ¿No esperarás que describa eso verdad?

>sur

La jungla parece tomarse un descanso en esa parte del camino. Los altos árboles han dejado paso a frondosos arbustos de los que penden unos pequeños frutos rojos. Salidas: Sur, Norte, Oeste.

>examinar frutos

Son pequeños como granos de café. Pese a su color bermejo, parece que son comestibles.

>prender frutos

Coges un puñado de ellos y te los guardas en un bolsillo.

>grabar partida1

Partida guardada.

>comer frutos

Te introduces un par de esos granos rojizos en la boca. Están dulces y blanditos. Sin embargo, no bien han terminado de llegar al fondo de tu estomago, sientes como este arde como si te hubieras tragado un mechero bunsen. Te tiras al suelo retorciéndote del dolor. Instantes después no eres más que abono fresco para las futuras plantas que crecerán en tu lugar de reposo eterno.
Fin

>cargar partida1

Partida cargada.

>salidas

Las salidas están al sur, al norte y al oeste.

>sur

El bramido del río es ensordecedor. Es el fin del camino. Aunque no es muy ancho, es demasiado caudaloso y sus aguas bajan demasiado rápidas como para cruzarlo a nado. No hay ningún puente ni barca que te permita ir al otro lado, hacia el chamán que te devuelva la memoria. Desesperado, te sientas contra un árbol inclinado que parece saludar a las aguas. De inmediato este cruje y se tambalea. Tal vez puedas usarlo.
Salidas: Norte.

>inspeccionar árbol

No estás seguro de qué especie de árbol se trata. Crece a escasos centímetros de la orilla y sus raíces deben estar haciendo un esfuerzo extra para mantenerlo en pie.

>empujar árbol

Echas tu peso sobre el castigado tronco pero pese a que se mueve unos centímetros, tu fuerza no es suficiente para tirarlo.

>norte

La jungla parece tomarse un descanso en esa parte del camino. Los altos árboles han dejado paso a frondosos arbustos de los que penden unos pequeños frutos rojos.
Salidas: Sur, Norte, Oeste.

>oeste
La distancia entre los árboles se hace mayor, lo que te permite ver más allá de la sábana esmeralda que te rodea. Un concierto de gritos, chasquidos de ramas y silbidos en la lejanía te hacen despertar de la ilusión de que te encuentras sólo. Una hoja gigante llama tu atención por su ligereza y su buen olor.
Salidas: Este, Oeste.

>agarrar hoja gigante

Eliges la más verdosa y la enrollas en forma de tubo para facilitar su transporte.

>fúmate un porro

Los ganadores no consumen droga.


>los porros no son droga. No hacen ningún daño

Eso díselo al pobre Timmy. Era una mañana fría cuando Timmy salió con su balón a jugar al parque. Las ramas de los árboles se mecían con fuerza, azotadas por el viento implacable.

Asustado por las fuerzas de la naturaleza, corrió a resguardarse bajo un balcón, pero antes de llegar, una maceta cayó sobre su cabeza causándole un traumatismo craneoencefálico que le mantuvo postrado en cama dos meses. Timmy se perdió la final del campeonato juvenil y se puso muy triste.

>¿y eso que tiene que ver con los porros?

La planta de aquella maceta era de ¡María! ¿Podemos seguir?

>oeste

Los aullidos de un mono llaman tu atención. Cuelga de liana en liana mientras trata de sostener con su pie...¡¡una pequeña hacha!! Lo observas durante unos minutos. Da vueltas en círculos por esa zona.
Salidas: Este.

>el mono caga de memoria
No entiendo ese concepto.
>examinar suelo

El suelo está lleno de pequeñas piedras de mármol afiladas. Debe haber cerca alguna cantera.

>coger piedra

Eliges la que te parece más mortífera.

>arrojar piedra contra el mono

No entiendo lo que dices.

>lanzar piedra contra el mono

¿Me lo repite?

> atacar con piedra al mono

No creo que eso sea aconsejable.

>expeler la piedra hacia el mono

Deberías darle un repaso al diccionario.

>¿quieres tirar la puta piedra al mono ya?

Caray con el académico de la lengua...

>tirar piedra al mono

Expeles la piedra hacia el mono con las escasas fuerzas que te restan tras la prolongada convalecencia en aquella cabaña, pero el mono es ágil y logra esquivarla. Sin embargo se detiene sobre una rama, coge el hacha y lo blande hacia ti amenazadoramente. Jurarías que tiene los ojos entornados.

>este

La distancia entre los árboles se hace mayor, lo que te permite ver más allá de la sábana esmeralda que te rodea. Un concierto de gritos, chasquidos de ramas y silbidos en la lejanía te hacen despertar de la ilusión de que te encuentras sólo. Salidas: Este, Oeste.

>este

La jungla parece tomarse un descanso en esa parte del camino. Los altos árboles han dejado paso a frondosos arbustos de los que penden unos pequeños frutos rojos. Salidas: Sur, Norte, Oeste.

>norte

Estás rodeado por muros de vegetación que forman un pasillo que se extiende hacia el sur. A un lado del camino, casi tropiezas con una extraña piedra pulida, con forma de... Si no fuera por dónde te encuentras, jurarías que es un consolador de piedra. El sueño de Amelia Earhart.
Salidas: Norte, Sur.


>norte

En el pueblo, Krav limpia su arma con cuidado, sentado a la sombra del toldo de una de las cabañas. Al verte alza su brazo para saludarte, apretando el gatillo sin querer e hiriendo en la pierna a una de las vacas que pastan en uno de los corrales.
Salidas: Sur, Este.


>decir a Krav "¿dónde está la mujer?"

- Ya te lo dije antes, en la plantación de plátanos del este. Por cierto esa mujer tiene un nombre. Vale que hasta los gorilas huyan de ella, pero es una persona también. Se llama Casta.
- Un nombre muy... curioso.
- Se lo puse yo.


>este

La "plantación" de plátanos no son más de quince palmeras apiñadas en apenas 4 metros cuadrados y golpeadas con largas varas por un grupo de mujeres entre las que pronto distingues a Casta. Es la encargada de comprobar la dureza de la fruta.
Salidas: Oeste.

>examinar a Casta

Permanece sentada frente a un cesto repleto de plátanos. Los va cogiendo uno a uno. Con la mano izquierda los agarra por la base, mientras desliza su diestra a lo largo del fruto, de arriba a abajo, suavemente. Parece tener una gran experiencia.

>coger plátano

Casta te da un manotazo y te reprende seriamente. No se puede robar a la tribu. Tendrás que darme algo a cambio.

>inventario

- Hoja con forma de porro que no es un porro
- Frutos rojos
- Piedra fálica


>dar hoja con forma de porro a Casta

¿Estás de broma? Esta gente toma coca para desayunar. Es como si le ofrecieras un huevo kinder a Isabel Preysler.

>tú dáselo

La mujer te mira de arriba a abajo hasta considerar que careces del suficiente interés y continua su trabajo.

>dar piedra fálica a Casta

Los ojos de la joven se iluminan como el trasero de las luciérnagas en una noche sin luna. Agarra la piedra, te tira un plátano y tras una breve conversación con las recolectoras, se pierde en el interior de una choza.

>coger plátano

El que te ha tirado la chica está demasiado blando así que metes la mano en el cesto y te haces con un suculento plátano que sería la delicia del mismo King Kong.

>oeste

Los miembros de la tribu rodean a Krav, que permanece atado a un poste. Lo están juzgando por vaquicidio, el crimen más grave para los Yisai. Al pie de la empalizada, puedes ver su revolver.
Salidas: Sur, Este.

>coger revolver

Es un Colt Carabine del 42 con culata de nácar. El tambor está lleno salvo por la bala homicida.

>pegarte un tiro

¿Por qué no te lo pegas tú?

>sur

La Amazonia es el sueño de los vegetarianos. Allí no morirían de hambre nunca.
Salidas: Norte, Sur.

>sur

Estar rodeado de tanto verde, te hace sentir como si fueras un ser de clorofila. No debiste chupar ese sapo...
Salidas: Norte, Sur, Oeste.

>oeste

Ya no quedan hojas de porro.
Salidas: Oeste, Este.

>oeste

El mono continúa con sus acrobacias indiferente a tu presencia.
Salidas: Este.

>tirarle plátano a mono

Lo lanzas con cuidado de no darle. Este cae a pocos metros de ti. El simio se detiene. Te mira a ti, luego al plátano, de nuevo a ti... parece estudiarte. En un instante, suelta el hacha y se abalanza sobre la fruta, desapareciendo de inmediato entre el follaje.

>coger hacha

Podría haber pertenecido al primo salvaje de Papá Pitufo, pero al menos está afilada.

>hacer la danza de la lluvia

¿Y eso a qué viene ahora?

>Ya sabes, coges el martillo lo sujetas por encima de la cabeza y das vueltas en círculo mientras invocas a Manitú.

No me he enterado de nada.

>este
Ya no quedan hojas de porro. Escuchas el llanto lejano de Bunbury, o eso te parece.
Salidas: Oeste, Este.


>este

El rumor de un río llega a tus oídos difuso como tus recuerdos...
Salidas: Norte, Sur, Oeste.
>sur
Bravas como las brasileñas en carnaval bajan las aguas del torrente atronador que cercena tu travesía. Un grupo de árboles beben de su cauce aunque al crecer se han achaparrado.

Salidas: Norte

>usar arbol con hacha

¿Sabes que hay disléxicos famosos como Picasso, Einstein y Johnny Deep? En serio, infórmate sin vergüenza ninguna.

>usar hacha con árbol
Te arrancas la camiseta dejando al descubierto un torso fofo y peludo como el del seguidor típico de Iron Maiden y durante cuatro agotadores días logras talar uno de los árboles, que cae perpendicularmente sobre el río, creando un improvisado puente.
>cruzar puente mientras silbas la banda sonora de "El puente sobre el rio Kwai"
No entiendo referencías a películas anteriores a los años 70.
>bueno pues entonces silba la de "El bueno, el feo y el malo"
Qué gran película. Clint Eastwood se sale. Bueno escucha que empiezo: Titiiii ti ti ti tiiiiii ti tiiiii ti ti ti ti ti ti ti ti ti...
>es suficiente
Bueno, pues estás al otro lado de la corriente. El camino se bifurca hacia el sur y hacia el este, donde la plataforma continental termina bruscamente en un precipicio.
>sur
Has llegado al fin a las montañas. No te es muy difícil encontrar la cueva del chamán pues este ha montado una tienda de souvenirs para turistas. Tras hacer cola durante quince minutos detrás de unos japoneses, logras tener una charla con él.
- Tu problema tiene solución - te dice mientras se toma la segunda dosis de ayahuasca del día
- Yo hago una poción con frutos rojos y hojas de porro que te devolverá la memoria.
>dar ingredientes a chaman

- Bien, espera aquí.
El viejo se introduce en el almacén y sale minutos después con un vaso lleno de un liquido verduzco y vomitivo. Lo bebes de un tirón. Sientes como el brebaje desciende por tu sistema digestivo quemándolo como si fuera aguarrás.
- Es aguarrás - te informa el chamán. Tiene muchos otros usos aparte de conservante de la Pepsi.
No escuchas sus últimas palabras pues de pronto sientes como si en tu cerebro se abriera la puerta principal y entrara en él tu vida.Eres... bueno, eso no lo recuerdas, ni tampoco de donde eres, ni qué haces allí...
- Perdona, diluí el aguarrás con un poco de vino. No es fácil encontrar por aquí una droguería.
Lo único que recuerdas es que tienes que llamar por teléfono a tu novia, antes de que esta se piense que la estás engañando con las nativas.El chamán te informa de que podrás encontrar una cabina pasado el precipicio de la fe.
- Por cierto, ¿tu novia te compró esos pantalones?La respuesta llega clara.
- Creo que si.
- ¿Y de verdad quieres seguir con ella? No respondes a la impertinencia y sales al exterior. Pronto anochecerá.
>salidas
La única salida está al norte.
>norte
Estás en un cruce de caminos con salidas al norte y al este.
>este
Un precipicio sin fin se extiende ante ti y no hay puente ni árbol demasiado largo que pueda hacer la misma función. Las palabras del chamán resuenan en tu mente.
Salidas: Oeste
>dar un paso
Oye, que no hay nada.
>confía en mi
Eso es fácil de decir. ¿Cuando fue la última vez que confiaste tú en algo?
>cuando me leí todo esto rollo pensando que mejoraría
Como en una pelicula de serie B, bajo tu pie aparece un puente de piedra que une los dos lados de la quebrada. Lo atraviesas con cuidado, concentrado en la dura roca.
Salidas: Oeste, Este
>este

La selva ha desaparecido ya. La sabana amazónica, creada artificialmente por madereros sin escrúpulos, se extiende ante ti. No bien has andado varios metros, te asaltan un grupo de contrabandistas de azúcar, dispuestos a matarte por tus pantalones pirata.
Salidas: Oeste, Este.

>balasear contrabandistas

¿Balasear? ¿De donde has salido tú? ¿Del barrio de El Raval?

>No lo sé. No tengo memoria.

Touché.

>disparar a contrabandistas

Con una técnica y una velocidad asombrosa, desenfundas el revolver y antes de que alguno de ellos llegue a pestañear siquiera, los abates de sendos disparos entre ceja y ceja. Das gracias a tu experiencia militar como rapero en la costa Este. El cuerpo de su jefe queda posado en el suelo en una forma extraña
Salidas: Este

>revisar cuerpo

Buscas en los bolsillos algo de valor, pero lo único que encuentras es una moneda.

>robar moneda

Es una moneda de plata, el nombre que le dan los nativos al cobre en un vano intento por aparentar una riqueza que no poseen.

>este

¡¡Al fin!! Una cabina de teléfono echa con juncos se alza en mitad de un claro y lo mejor de todo es que no hay nadie usándola ni han forzado el cajetín.
Salidas: Oeste

>entrar en cabina

Para estar en medio de ninguna parte, parece un teléfono de verdad, con su auricular y su ranura para las monedas. No iba a ser gratis.

>descolgar auricular

Lo coges entre tus manos, pero no hay linea.

>introducir moneda en ranura

Los 5 pesos se deslizan por el conducto como el aceite entre los pechos de Sabrina durante un día de playa. El teléfono tiene ya linea.

>marcar numero

¿Qué número?

>recordar numero

¿Cómo pudiste olvidarlo? Pues porque siempre te llamaba ella ¡¡gorrón!! Su número es el 670123456.

>marcar numero 670123456

Tras cinco interminables tonos, la voz más dulce que has escuchado nunca, tu lata de bebida isotónica en mitad de una maratón, la mama´s de tu papa´s, la guinda de tu pastel, el emule de tu pc, la protagonista de tus sueños, causa de tus desvelos, portadora de felicidad, ella, responde al otro lado de la linea.
- ¿Diga?

>decir "Te amo maricarmen"

Enhorabuena. Lo has conseguido. La llama de vuestro amor continua encendida. En un mes volverás a tenerla entre tus brazos y viviréis felices, juntos para siempre. Pero antes, tendrás que encontrar un modo de volver a la civilización...
FIN


domingo, 29 de marzo de 2009

viernes, 27 de marzo de 2009

Lloviendo sin consuelo

Cinco meses lleva lloviendo. Día a día, sin perdonarse ninguno.
Cinco meses lleva lloviendo. Anegando sus mejillas, impidiendo que su corazón se seque.
Cinco meses lleva lloviendo. Bajo las estrellas o bajo el firme techo.
Cinco meses lleva lloviendo. Y no hay paraguas que le proteja del aguacero salado que día a día, sin tiempo ni medida, cae sobre su alma herida, causándole gran tormento.
Cinco meses lleva lloviendo. Y el sol no brilla más. No volverá a hacerlo.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Ven al sur

Tierra de mar y luz.
Enaltece la salud.
Quien llega aquí no se arrepiente. Come ríe, bebe, siente...
Un día de playa en Fuengirola, sólos la arena y tú,
Inunda tu corazón de sincera plenitud.
En su famoso castillo, tendrás la ciudad a tus pies.
Recordarás épocas pasadas, centenario es lo que ves.
O bien puedes pasear junto al mar al atardecer.
Cálidas son sus gentes.
Amable te atenderán.
Ríen, juegan, cantan, todo ello sin parar.
Miente si es necesario, pero vente pronto al sur.
Esperamos tu llegada. ¿A qué esperas para venir tú?

lunes, 16 de marzo de 2009

En Europa

Paseando por la calle
vi un irlandés ateo,
un francés educado,
un alemán chistoso,
un italiano fiel,
un español humilde,
un noruego famoso,
un ruso sobrio,
un holandés casto,
un polaco inteligente,
un yugoslavo conciliador,
un suizo pobre,
un finlandés alborotado,
un inglés excitado.
Y te vi a ti, mi amor.

viernes, 13 de marzo de 2009

Apenas eramos unos niños

Debería crear en el blog una sección llamada "Concursos" pues mientras pierdo la aversión por el teclado, toca rellenar con otro de los muchos textos que presento a los cada vez más escasos certámenes. En esta ocasión, en la modalidad de "Usa estas 5 palabras" ¿Cuales son? A ver si lo adivináis.

Apenas eran unos niños cuando la suerte decidió que no sería su compañera de viaje. En un mundo en crisis, los lazos familiares sucumbían ante la arrolladora fuerza de la necesidad y así, una fría mañana, tuvieron que separarse en un desolado muelle.

Antón vio como la figura menuda de su hermano se iba desdibujando en el horizonte hasta zambullirse en la neblina del tiempo. Con los años, prosperó hasta convertirse en abogado. Pasaba su tiempo en el juzgado, entre apelación y apelación, sin dejar de buscarle. Finalmente, logró encontrarlo en una pequeña ciudad donde ofrecía sus servicios de gourmet.

Una noche, mientras paseaba en busca de la dirección de su casa, vio surgir de la bruma nocturna, una figura familiar. No hicieron falta palabras. El reloj retrocedió varias décadas y allí, media vida después, se abrazaron con los ojos inundados de tristeza.

- Apenas éramos unos niños...

lunes, 9 de marzo de 2009

Primeras impresiones

Bajo el frío de la mañana, sola en la estación.
Esperando a un amigo, quién sabe si un nuevo amor.
El tren se retrasa o se adelantó el avión.
¿Qué más da? ¿Qué importa? pronto juntos estarán los dos.

Con lenta parsimonia llega él a su destino,
cabalgando su corazón.
sale entre la gente corriendo,
tropieza con un escalón.

Los nervios asedian su pensamiento,
anulando su razón.
Sólo unos metros más y verá a aquel primor,
a aquel ser de bondad, alegría y bonitos ojos marrón.

Y sube las escaleras que llevan a aquel rincón
donde ella espera ansiosa noticias de aquel varón.

Cuando la ve frente a él, el mundo desaparece.
Ante su inocente brillo, la luna misma palidece.
Allí está ella, tan delicada como bella,
soportando con esmero las rachas de gélido viento.

Sus miradas se encontraron
y juntas ya se quedaron
como juntos se enlazaron
los dedos de sus frías manos.

Se sentaron en un banco
bien apretujados los dos.
Confidencias compartieron
bajo un incipiente sol.
Y en un descuido suyo
su primer beso él le arrancó.

Acariciar sus dulces labios
fue mucho más que un placer.
Pues supo en ese mismo instante
que ella era su mujer.

El tren que les llevaría
a su dulce nido de amor,
ocupaba ya la vía
frente a besos de pasión.

Al abarrotado vagón
introdujeron su historia de amor.

Años de eso han pasado
y ya, sólo y abandonado
coge el mismo vagón.
Cierra los ojos, la recuerda,
como una delicada flor.

Y cuando el tren se detiene
le pregunta al revisor
si ese ángel de la tierra
le espera, sola, en esa pequeña estación.

jueves, 5 de marzo de 2009

Llovía

Llovía cuando te vi sola en el bar del hotel y te invité a una copa mientras la luna nacía.
Reías cuando te dije que era un espía huyendo de una sentencia injusta, te ofrecí una gominola naranja y te pregunté a qué sabía.

Bebías cuando entre largos silencios me contaste que tu letrado te había abandonado unos días atrás sin importarle cuánto le querías.

Sabías que iba en serio al ofrecerte mi compañía y apuntaste el número de tu habitación en el posavasos de mi jarra de sangría.

Leía tu proposición mientras dejaba que te adelantaras para evitar habladurías.

Sufría cuando subí como un cohete a tu habitación y no me abrías; cuando tras la puerta apareció un señor con una bata raída; cuando volví cabizbajo sabiendo que jamás te encontraría, víctima de una tonta niñería. Llovía.

martes, 3 de marzo de 2009

El joven alquimista

Fue a la edad de quince años, en el momento en que la luz de sus progenitores se apagaba por el daño de la peste, que el joven alquimista Gerard du Pres decidió dedicar todos sus esfuerzos a la búsqueda de un modo de vivir eternamente, sin miedo a la enfermedad o la decrepitud.

Con la fortuna heredada de su padre, un rico comerciante de sedas, equipó los sótanos de su mansión con todo tipo de alambiques y matraces por los que se deslizaban líquidos extraños con extrañas propiedades.

Sólo su criado Gastón le servía de nexo de unión con el mundo exterior, pues du Pres ocupaba cada segundo de su existencia en complicados experimentos que llevaba a cabo en su laboratorio.
Las estaciones se sucedieron y Gerard dejó de ser joven. Cuando la parca vino a reclamar el alma de su criado, se dijo que sería la última muerte que contemplarían sus ojos y redobló sus esfuerzos en hallar el milagro que tan esquivo se le había mostrado hasta entonces.

Garlac, hijo de Gastón, heredó el trabajo de su padre y durante años contempló la siempre cerrada puerta que conducía al sótano, con una mezcla de curiosidad y compasión.

Un día, décadas después de la muerte de su progenitor, escuchó la llamada apremiante de su señor. Entró sin vacilar en la húmeda estancia apenas iluminada por desgastadas velas que arrancaban fantasmales ilusiones de los inertes objetos que atestaban las mesas que ocupaban gran parte de la superficie de la habitación.

Encontró a Gerard tirado en el suelo boca abajo, sin consciencia. De inmediato se arrodilló ante él y le tomó el pulso. Seguía con vida, aunque este era débil. Cogió el cuerpo menudo y decrépito y lo transportó hacia el dormitorio principal, a una cama que no había sido usada en años.

El fiel criado no se separó de su señor en toda la mañana, hasta que, pasado el mediodía, este abrió los ojos.

- Garlac - susurró con gran esfuerzo - acércate.

Así lo hizo, colocando su cabeza cerca de los labios del alquimista para escucharle mejor.

- Aquí estoy monsieur du Pres.

- Al fin lo he descubierto...

- ¿El secreto de la inmortalidad? - preguntó esperanzado el sirviente que ya veía su fortuna inabarcable tras la venta al mejor postor de tamaña revelación.

- He pasado cada segundo de mi existencia intentando seducir a la vida para que no me abandonara nunca. Mientras los demás bebían y disfrutaban de la excitación de la caza y el calor de una mujer, yo mezclaba pócimas, analizaba fórmulas y devanaba mis sesos con problemas complejos...- Hizo una pausa y giró la cabeza hacia la ventana, que mostraba un cielo azul como el cristal surcado por una bandada de gansos en busca de su paraíso particular- ... seré gilipollas...

Acto seguido, expiró, dejando a Garlac el pensamiento de que, bien mirado, se había librado de ser un sirviente hasta el día del juicio final.

lunes, 2 de marzo de 2009

Cena navideña

El salón bulle de alegría. Un año más, la nochebuena ha llegado y ha servido de excusa para reunir a toda la familia en torno a una copiosa cena, donde lo de menos son las viandas que se van a degustar.

Está sentado en un extremo, presidiendo la mesa de roble en torno a la cual está decorado el salón. Contempla con una sonrisa cómo sus primas, aún quinceañeras, comparten sus escasas experiencias con los chicos, mientras su hermano pequeño, intenta asustarlas con una araña de plástico.

El abuelo, en el otro extremo, comienza a impacientarse. El estómago empieza a pedirle cuentas y el olor a asado que llega de la cocina, no ayuda a calmarlo.

Ante la visión del juguete, las chicas sueltan un grito. No puede evitar reírse, mientras su hermano Antón reprende al chico por sus travesuras. Su cuñada le quita importancia al asunto.

Desde la silla, pregunta a su madre si queda mucho, pero no responde. Su padre se levanta por si necesita ayuda. Un instante después, salen los dos portando un jugoso lechón en una bandeja.

Echa un trago y deja el vaso a un lado. Mira sus manos, ajadas a través de los años; mira las botellas vacías amontonadas en el suelo.

Mira a su alrededor, y en la mesa no hay nadie, solo recuerdos.