sábado, 23 de mayo de 2009

¡Hay que salvar al presidente!

El mito de que una guerra nuclear no se puede ganar se ha mantenido por conveniencia desde la aparición de las armas atómicas, pero fue creado para apuntalar la doctrina MAD (Destrucción Mutua Asegurada de los contendientes de una guerra de ese tipo) desarrollada por el secretario de defensa Robert McNamara en los años 60.

Ninguno de los dos bandos lo tomó nunca del todo en serio y buscaron a lo largo de toda la guerra fría, una forma de aniquilar al contrario con el menor número de bajas posible. ¿Qué resquicio podrían explotar para conseguir la superioridad sobre el enemigo? ¿De qué forma hacerlo? ¿Acabando con los misiles antes de que fueran lanzados? ¿Eliminando los misiles en pleno vuelo? ¿Pirateando los sistemas de control? o de lo que vamos a hablar hoy: ¿volatilizando la cadena de mando?

Ya vimos en el post dedicado al maletín nuclear que la responsabilidad de lanzar un ataque nuclear recae únicamente en el presidente, que ostenta el cargo de Comandante en jefe. En caso de que este muriera o fuera incapacitado (como ocurrió durante el intento de asesinato de Reagan) la continuidad del gobierno se vería garantizada en el vicepresidente, si este muriera a su vez, el mando pasaría al secretario de defensa, etc.

Pero ocurre que hay ocasiones en que todos los miembros del gobierno deben estar presentes en un mismo lugar, por ejemplo durante el discurso del estado de la unión. Si en el momento en que el Presidente se dirige a la nación, Washington DC fuera objetivo de un ataque nuclear y murieran él y todos sus posibles sucesores, ¿quién tendría la autoridad de poder ordenar un contraataque contra la potencia agresora?: Nadie.

A esto se le llama un ataque de decapitación, que puede ir acompañado de ataques contra nodos de comunicaciones y de mando y control. Una serpiente sin cabeza es inofensiva. Para evitar que algo así pudiera llegar a ocurrir se creó la figura del "Superviviente designado", un miembro del gabinete presidencial que en estas ocasiones especiales es llevado a un lugar alejado y altamente protegido (generalmente un centro de continuidad de gobierno) donde permanece hasta que todos los demás han vuelto a sus puestos.

Por regla general este tétrico honor corresponde a secretarios de "ministerios maría" como el de educación, agricultura, comercio, transporte, asuntos de los veteranos, etc.

Un ataque nuclear sorpresivo tendría un éxito bastante improbable pues el tiempo que tendrían los miembros del ejecutivo desde que los radares de alerta temprana detectaran los misiles, les serviría para encontrar refugio. Sin embargo, pueden ocurrir otras catástrofes.

En Deuda de honor, de Tom Clancy. El agente de la CIA Jack Ryan es nombrado vicepresidente de los Estados Unidos por los servicios prestados en una fugaz guerra con Japón. El Presidente, junto con los restantes miembros del ejecutivo, se reunen en el Capitolio para oficializar el nombramiento de Ryan. En esos instantes un piloto japonés resentido que ha visto a su hijo y su hermano morir en dicha guerra estrella su avión 747 contra el emblemático edificio dejando a Jack como superviviente de mayor rango, lo que le convierte en presidente de los USA.

Existe otra opción aún más aterradora. Temerosos de que tras un primer ataque total contra el territorio americano, no quedara ningún general o político que ordenara un segundo ataque contra la Unión Soviética, se diseñó una red automática de ordenadores que serían los encargados de lanzar los misiles que quedaran en las rampas de lanzamiento, sin necesidad de intervención humana, en cuanto recibieran las señales de los sensores térmicos, luminosos y de presión que se encontraban desperdigados en las principales ciudades americanas (lo que indicaría que el país ha sido objetivo de un holocausto nuclear)

Todo lo relacionado con esta red es alto secreto, yo sólo llegué a encontrar un documento esbozando el sistema en la web de la Federación de Científicos Americanos, pero tras el 11S fue eliminado de la red, al igual que centenares de páginas relacionadas.

2 comentarios:

  1. Estuve buscando en mis archivos el mencionado documento, pero entre centenares de miles de archivos es dificil encontrarlo.

    La verdad es que suena muy a ciencia ficción y me sorprendió bastante encontrar algo así. Hay que tener en cuenta que la paranoia en esa época era excesiva, llegando incluso a estar en vuelo las 24 horas de los 365 días del año durante la década de los 80, el equivalente aereo del NORAD. Sólo en pagar las azafatas les salía por un pico :P

    En la actualidad supongo que el sistema estará desactivado, al igual que los misiles apuntan al ártico.

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